martes, 25 de septiembre de 2012

EL AMOR A SÍ MISMO
Su Trascendencia


En el mundo actual en que vivimos,
el materialismo y el egoísmo, distantes de la realidad nos mantienen.

Veamos:
El amor de verdad es dar, por la satisfacción de dar,
sin nada a cambio esperar.
Solo en ausencia del ego -del ego-ismo- esto es posible.

“Si amor te doy, con la condición  de que amor me des”,
estamos haciendo un negocio... amor no es.

Después del amor a Dios,
el amor a sí mismo… el primer lugar lo ha de ocupar.

Es muy sencillo:
quien a sí mismo no se ama… no sabe lo que es amor.
¿Como se podría dar… algo que no se conoce?

Sabiamente lo expresó Jesús cuando dijo:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Amarse a sí mismo… es incompatible con el ego.
Quien se ama a sí mismo,
del amor de los demás no necesita... para sentirse bien

Repartiendo amor de verdad,
amor en abundancia… a cambio se  ha de recibir.
Es allí, en el dar… donde está la verdadera felicidad.

Para la mayoría no es fácil entender,
que amor a sí mismo, es la antítesis del egoísmo.
El que se ama a sí mismo, amor en abundancia tiene…  para repartir.

Por el contrario…
el egoísta busca por fuera…  el amor, la felicidad que no tiene:
 Vive para enriquecer su ego.

No pocas  veces…
 aparenta altruismo, para sentirse importante, para recibir aplausos;
 otras veces  roba y en ocasiones… asesina.
En el origen de la mayoría de las guerras,
¿no se encuentra escondido el ego?

Sin amor a sí mismo, con la consiguiente ausencia del ego,
alcanzar la madurez… es imposible.

 ALLÍ  RESIDE... LA TRASCENDENTAL IMPORTANCIA
DEL AMOR A SÍ MISMO.

Una sociedad, una civilización… en manos de inmaduros,
¿adonde nos podrá llevar?

Miguel Alejandro Römer R.

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