ODA A LA MUERTE
Un sueño
Un sueño extraño, que quiero contar.
Un sueño en aquel río y aquella selva…
…que tanto disfruté y amé…
de los nueve a los doce años.
Una noche tibia, recostado me encontraba,
en la orilla de ese arroyo cristalino,
al son del murmullo de su alegre correr,
al son del aleteo de las hojas agitadas por la
brisa.
Un denso y oscuro bosque cubría las orillas,
dejando
libre, entre la una y la otra,
una franja de
cielo, con millones de diamantes,
… que perfilaba…
las copas de los majestuosos árboles,
Disfrutaba de él y del reflejo plateado de la luna,
sobre sus ondulante aguas.
En la otra orilla una rana croaba;
en un árbol cercano un búho
… sus inconfundibles
sonidos, emitía
Y a lo lejos una pereza lanzaba
… sus lánguidos quejidos.
Absorto en la grandiosa
solemnidad de este escenario,
el tiempo se
detuvo,
y ya la luna al
cenit se acercaba,
cuando tuve la
sensación de que me estaban observando.
Y al voltear la cara, vi, muy cerca de mi, de pie,
a una linda
doncella.
Una hermosa figura, con un ajustado traje blanco,
que al descubierto
dejaba sus desnudos pies.
Iluminada por la luna, mostraba en su cara,
unos ojos verdes esmeralda, de incomparable belleza,
Una larga y ondulada cabellera de color castaño,
a sus espaldas caía.
Y sus bien formados senos, cubiertos parcialmente,
hacían especialmente
atractiva a su figura.
Como una novia,
con una dulce y amorosa
expresión, me miraba.
y tomándome
cariñosamente de la mano…
suavemente me
dijo:
“He sido tu
inseparable compañera…
desde el mismo
momento en que fuiste concebido
… tu pasantía
por este mundo ha terminado…
es hora de
volver a casa
¡sígueme!
Y se abrió ante mí, toda la belleza y armonía del
arcano.
.
Allí sobre la arena había
quedado mi cuerpo,
con aquella expresión de
paz,
que solo la muerte sabe
dibujar.
Habían
cesado las angustias, el corre corre
diario
y los
sufrimientos de la última dolencia.
Y me dije:
Cuán
equivocado hemos estado…
¡que bella es
la muerte!
Esa doncella…
que desde que
nacemos, paso a paso nos acompaña
para llevarnos
a la eternidad,
cuando la hora
llegue… de abandonar este mundo.
Extraño sueño
¿verdad?
*******
¿A quien se le ocurriría, representar a la muerte
como un esqueleto con una guadaña?
y se la sigue representando así.
¿Qué se persigue con ello?
¿Acaso
meternos miedo?
En vez de
enseñarnos a amarla…
para que en la misma proporción…
podamos amar a la vida
Para ganar la inmortalidad…
portarse bien en base al miedo a la muerte…
carece de valor alguno.
La figura mencionada debe ser anticristiana.
Jesús…
emisario del amor y del perdón…
seguramente no la habría tolerado.
MA.R.
Setiembre 23 del 2004.
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