viernes, 29 de noviembre de 2013

SER FELICES QUEREMOS

¿SER  FELICES QUEREMOS?
Segunda edición ampliada.

Todos dicen que ser felices  desean
¿Habrá acaso alguien que diga lo contrario?
Si sinceros  somos:
¿porqué el camino inverso transitamos?

Levantarse a la carrera y sin saborearlo despachar el desayuno…
y salir sin ni siquiera ver al bello lirio…
que en el jardín durante la noche abrió:


¡A la felicidad no conduce!

Apurado
…al trabajo a último minuto llegar:
¡A la felicidad no conduce!

Confundir andar corriendo con eficiencia
…tremendo error…
¡Que a la felicidad no conduce!

Solo las cosas bajo presión hacer,
dejando todo para mañana, o para nunca:
¡A la felicidad no conduce!

No haber tenido la mente despierta,
para la imagen cambiante del cielo disfrutar,
de sus nubes viajeras, de sus blancos y grises,
de su brillo  y sus sombras:
¡A la felicidad no conduce!

No mirar con simpatía, a la gente a la cara…
¡A la felicidad no conduce!

Dejar para después el amor a su familia, y a sus amigos expresar:
¡A la felicidad no conduce!

Captar y comentar solo lo negativo,
menospreciando lo positivo.
¡A la felicidad no conduce!

Las noticias en los diarios, en la radio y en la televisión:
¡A la felicidad no conducen!

Asistir a eventos sociales por formalidad o conveniencia:
¡A la felicidad no conduce!

Darle  importancia a la opinión de los demás
…utilizando máscaras para aparentar lo que no somos…
¡A la felicidad no conduce!

La televisión como droga, para de la realidad escapar:
¡A la felicidad no conduce!

Dar prioridad a la razón…
por encima del corazón
¡A la felicidad no conduce!

No disponer de tiempo para la actividad física:
¡A la felicidad no conduce!

Permitiendo la interferencia de la mente
…en lo que estemos haciendo:
¡A la felicidad no conduce!

Los pre-juicios y las pre-ocupaciones:
¡A la felicidad no conducen!

Constantemente mirando al reloj:
¡A la felicidad no conduce!

Solo el presente es eterno:
no vivir  a fondo cada minuto, cada segundo:
¡A la felicidad no conduce!

Darle a la vida una excesiva importancia
…desconociendo…
que actores temporales de un melodrama  somos:
¡A la felicidad no conduce!

Atender al teléfono corriendo…
prejuzgando de la llamada su importancia:
¡A la felicidad no conduce!

Una mente tensa, temerosa, angustiada:
¡A la felicidad no conduce!

La indisciplina y el desorden:
¡A la felicidad no conducen!

No disponer de tiempo para la buena música, la buena lectura,
de tiempo para la familia, para los hijos en especial:
¡A la felicidad no conduce!

No disponer de tiempo,
 para del canto de los pájaros disfrutar,
del susurro del viento, del sol, de la luna y las estrellas,
de las montañas, de los ríos, del mar…
y paremos de contar
¡A la felicidad no conduce!

No disponer de tiempo para vivir…
disfrutando de nuestra existencia:
¡A la felicidad no conduce!.

Sin amor es imposible a la felicidad encontrar.
Para ello es imprescindible comenzar
¡por amarnos a nosotros mismo!

Claros hay que estar y sinceros admitir debemos,
que de la felicidad, ni la menor idea tenemos.
Al no entender…
 que dentro de nosotros está.
¡y por fuera la buscamos!

No entendiendo que para hallarla…
cada día debemos configurar;
…y que para ello…
 un esfuerzo habremos de realizar.

Buscándola en lo material, en la posición social
¡jamás la habremos de encontrar!

Como una bella, casta y atractiva doncella,
 …solo se habrá de entregar…
si con tesón y constancia la logramos de verdad amar…
dándole el beso que la hará despertar.

Miguel Alejandro Römer R-

***
La Vida es Bella:
Si ser felices aquí y ahora no lo logramos…
¿para cuando lo dejamos?

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