Don Manuel Antonio Carreño
UN PERSONAJE OLVIDADO
Publicado en el Boletín Informativo de la Direccion General Sectorial de Sanidad Militar, vol. 3, nº1, pp 4-6 (1992)
Para la vida de una nación, su historia juega un papel decisivo; muy en especial las ideas y el ejemplo, de quienes se destacaron en los diferentes campos de la actividad y del pensamiento, jugando un papel importante en su desarrollo.
En efecto cuando se ignora de donde uno viene, es imposible conocer en un momento dado donde uno se encuentra, y sin saber esto
¿será posible escoger el camino correcto?
Esto es tan cierto para las personas, como lo es para las naciones.
El presente es una consecuencia del pasado, y la base para amasar el futuro.
Un país, perdido en el espacio y en el tiempo, está condenado a girar en círculo, repitiendo una y otra vez los mismos errores.
De aquí la inmensa importancia de la historia.
De aquí el interés de lo regímenes totalitarios, en borrar y tergiversar la historia.
***
Don Manuel Antonio Carreño vino al mundo en la ciudad de Caracas, en el año de 1812, hijo de Don Cayetano Carreño y de María de Jesús Muñóz,
y falleció a los 62 años en Paris, el 4 de setiembre de 1874.
Su padre, Don Cayetano, era hermano de Simón Rodríguez, el maestro del Libertador, quien optó por quitarse el apellido Carreño.
Fue músico y compositor, creando en 1810 el himno titulado "Caraqueños, otra Época Empieza" con letra de Andrés Bello.
Durante largos años fue maestro de capilla de la Catedral de Caracas. Falleció el 4 de marzo de 1836.
Manuel Antonio creció y se desarrolló en un hogar, en el cual desde temprana edad, él y sus hermanos recibieron el estímulo y la formación que les permitiría mas adelante, destacarse como compositores y ejecutantes.
Él se dedicó en especial a la pedagogía, y el 1º de setiembre de 1841 fundó el colegio "Roscio", plantel que en la Caracas de aquellos tiempos, llegó a gozar de un merecido renombre. Dentro de su actividad educativa tradujo, con la colaboración del doctor Manuel María Urbaneja, el "Catecismo Razonado. Histórico y Dogmático" del abate Thériou y la "Introducción al Método para Estudiar la Lengua Latina" de J. L. Burnouf.
Pero, dentro de ese mismo afán de educar, de formar, publicó en 1853, por entregas, el "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras", una obra que tuvo el mayor reconocimiento, hasta el punto de que el14 de marzo de 1855 el Congreso Nacional recomendara muy especialmente su difusión.
Todavía hay, quienes tuvimos la fortuna de conocerla en los estudios de primaria, cuando era texto de divulgación indispensable en las escuelas.
Se trata de una producción elegante, austera, que no faltaba en la casa de familia alguna, donde ocupaba un lugar de honor y era consultada asiduamente. La aceptación de la misma rebasó las fronteras venezolanas, siendo editada y difundida en muchos países de Latinoamérica.
A finales de 1853 nació su hija Teresa, y apenas empezaron a despuntar sus dotes excepcionales, se dedicó por completo a su formación.
Cubriendo los aspectos pedagógicos y técnicos en relación al piano, escribió para ella 500 ejercicios.
El 14 de mayo de 1861 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, y en agosto del mismo año Ministro de Hacienda.
Sin embargo, debido a la inestabilidad política del momento, decidió irse al exterior, a un medio donde pudiese desarrollar de la mejor manera, las capacidades artísticas de su hija.
Así, el 23 de julio de 1862 se traslada la familia a Nueva York y pocos años después a París, donde ejerció como profesor de piano, logrando una posición destacada.
El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras fue reeditado en Caracas por la Editorial Panapo en 1986.
En México la Editorial Patria publicó la 35ava edición en 1980 bajo el título de "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para el uso de la Juvetud de Ambos Sexos".
Bajo el título: "Manuel A. Carreño. Urbanidad y Buenas Maneras", y el siguiente comentario: "Abra las puertas del éxito en su carrera, los negocios, su vida social, sus relaciones familiares. Libro de consulta indispensable" fue publicada la segunda edición por la Editorial América S. A. en Panamá, impreso en los Estados Unidos de Norteamérica. Se trata de una edición ilustrada con muñequitos, y fotografías a color, ampliada con comentarios.
Apartando lo discutible de la presentación, vale la pena transcribir un párrafo, de la Nota del Editor de esta presentación.
"El insigne venezolano logró dejar plasmadas en sus páginas unas normas de conducta que van mucho mas allá de la simple etiqueta formal y externa.
Por eso. aunque hayan cambiado muchas cosas, y el mundo gire a una velocidad cada vez mas vertiginosa, esta obra permanece como algo que es una necesidad perenne de quien quiera vivir y triunfar en medio de una sociedad humana: la buena educación".
Es justicia, rendirle a este ilustre venezolano, mas conocido fuera de nuestras fronteras que dentro de las mismas, un justo y merecido homenaje.
Ahora, cuando el país se encuentra envuelto en una profunda crisis, cuando las buenas maneras brillan por su ausencia, cuando la drogadicción, cabalgando sobe la desintegración familiar y la ausencia de las buenas costumbres, cabalgando sobre la carencia de principios morales y éticos, corroen severamente las bases de la sociedad, poniendo en peligro su misma existencia, es el momento oportuno de rendirle este homenaje.
Podría contemplarse una reedición de su libro y ponerlo al alcance de institutos de enseñanza y de las oficinas públicas.
-Sin la ayuda de su padre, Maria Teresa "Teresita", orgullo de los venezolanos, no habría logrado desarrollarse en el campo internacional como pianista, soprano, directora de orquesta, compositora y empresaria de ópera-.
Miguel A. Römer R-
UN PERSONAJE OLVIDADO
Publicado en el Boletín Informativo de la Direccion General Sectorial de Sanidad Militar, vol. 3, nº1, pp 4-6 (1992)
Para la vida de una nación, su historia juega un papel decisivo; muy en especial las ideas y el ejemplo, de quienes se destacaron en los diferentes campos de la actividad y del pensamiento, jugando un papel importante en su desarrollo.
En efecto cuando se ignora de donde uno viene, es imposible conocer en un momento dado donde uno se encuentra, y sin saber esto
¿será posible escoger el camino correcto?
Esto es tan cierto para las personas, como lo es para las naciones.
El presente es una consecuencia del pasado, y la base para amasar el futuro.
Un país, perdido en el espacio y en el tiempo, está condenado a girar en círculo, repitiendo una y otra vez los mismos errores.
De aquí la inmensa importancia de la historia.
De aquí el interés de lo regímenes totalitarios, en borrar y tergiversar la historia.
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Don Manuel Antonio Carreño vino al mundo en la ciudad de Caracas, en el año de 1812, hijo de Don Cayetano Carreño y de María de Jesús Muñóz,
y falleció a los 62 años en Paris, el 4 de setiembre de 1874.
Su padre, Don Cayetano, era hermano de Simón Rodríguez, el maestro del Libertador, quien optó por quitarse el apellido Carreño.
Fue músico y compositor, creando en 1810 el himno titulado "Caraqueños, otra Época Empieza" con letra de Andrés Bello.
Durante largos años fue maestro de capilla de la Catedral de Caracas. Falleció el 4 de marzo de 1836.
Manuel Antonio creció y se desarrolló en un hogar, en el cual desde temprana edad, él y sus hermanos recibieron el estímulo y la formación que les permitiría mas adelante, destacarse como compositores y ejecutantes.
Él se dedicó en especial a la pedagogía, y el 1º de setiembre de 1841 fundó el colegio "Roscio", plantel que en la Caracas de aquellos tiempos, llegó a gozar de un merecido renombre. Dentro de su actividad educativa tradujo, con la colaboración del doctor Manuel María Urbaneja, el "Catecismo Razonado. Histórico y Dogmático" del abate Thériou y la "Introducción al Método para Estudiar la Lengua Latina" de J. L. Burnouf.
Pero, dentro de ese mismo afán de educar, de formar, publicó en 1853, por entregas, el "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras", una obra que tuvo el mayor reconocimiento, hasta el punto de que el14 de marzo de 1855 el Congreso Nacional recomendara muy especialmente su difusión.
Todavía hay, quienes tuvimos la fortuna de conocerla en los estudios de primaria, cuando era texto de divulgación indispensable en las escuelas.
Se trata de una producción elegante, austera, que no faltaba en la casa de familia alguna, donde ocupaba un lugar de honor y era consultada asiduamente. La aceptación de la misma rebasó las fronteras venezolanas, siendo editada y difundida en muchos países de Latinoamérica.
A finales de 1853 nació su hija Teresa, y apenas empezaron a despuntar sus dotes excepcionales, se dedicó por completo a su formación.
Cubriendo los aspectos pedagógicos y técnicos en relación al piano, escribió para ella 500 ejercicios.
El 14 de mayo de 1861 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, y en agosto del mismo año Ministro de Hacienda.
Sin embargo, debido a la inestabilidad política del momento, decidió irse al exterior, a un medio donde pudiese desarrollar de la mejor manera, las capacidades artísticas de su hija.
Así, el 23 de julio de 1862 se traslada la familia a Nueva York y pocos años después a París, donde ejerció como profesor de piano, logrando una posición destacada.
El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras fue reeditado en Caracas por la Editorial Panapo en 1986.
En México la Editorial Patria publicó la 35ava edición en 1980 bajo el título de "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para el uso de la Juvetud de Ambos Sexos".
Bajo el título: "Manuel A. Carreño. Urbanidad y Buenas Maneras", y el siguiente comentario: "Abra las puertas del éxito en su carrera, los negocios, su vida social, sus relaciones familiares. Libro de consulta indispensable" fue publicada la segunda edición por la Editorial América S. A. en Panamá, impreso en los Estados Unidos de Norteamérica. Se trata de una edición ilustrada con muñequitos, y fotografías a color, ampliada con comentarios.
Apartando lo discutible de la presentación, vale la pena transcribir un párrafo, de la Nota del Editor de esta presentación.
"El insigne venezolano logró dejar plasmadas en sus páginas unas normas de conducta que van mucho mas allá de la simple etiqueta formal y externa.
Por eso. aunque hayan cambiado muchas cosas, y el mundo gire a una velocidad cada vez mas vertiginosa, esta obra permanece como algo que es una necesidad perenne de quien quiera vivir y triunfar en medio de una sociedad humana: la buena educación".
Es justicia, rendirle a este ilustre venezolano, mas conocido fuera de nuestras fronteras que dentro de las mismas, un justo y merecido homenaje.
Ahora, cuando el país se encuentra envuelto en una profunda crisis, cuando las buenas maneras brillan por su ausencia, cuando la drogadicción, cabalgando sobe la desintegración familiar y la ausencia de las buenas costumbres, cabalgando sobre la carencia de principios morales y éticos, corroen severamente las bases de la sociedad, poniendo en peligro su misma existencia, es el momento oportuno de rendirle este homenaje.
Podría contemplarse una reedición de su libro y ponerlo al alcance de institutos de enseñanza y de las oficinas públicas.
-Sin la ayuda de su padre, Maria Teresa "Teresita", orgullo de los venezolanos, no habría logrado desarrollarse en el campo internacional como pianista, soprano, directora de orquesta, compositora y empresaria de ópera-.
Miguel A. Römer R-